Dar el paso a
consultar a un psicólogo siempre es una decisión difícil. Es un momento en el
que se plantean muchas dudas: ¿será normal cómo está actuando mi hijo/hija?
¿Debería preocuparme? ¿Pensarán de mí que soy mala madre o mal padre? ¿Y si me
dicen que se trata de algo grave? Éstas y otras muchas cuestiones pueden
aparecer en nuestra mente y pueden frenarnos en el momento de dar el paso a
consultar. Como psicóloga me parece que se trata de unas dudas totalmente
razonables, pues se mezclan distintos sentimientos (preocupación, miedo, culpa,
ansiedad) que nos dificultan actuar. Por ello, quisiéramos aclarar en este
post, cómo desde el centro Okidi llevamos a cabo el proceso desde que se tiene
la idea de venir a consultar hasta que nos ponemos a trabajar.
Cuando una familia,
unos padres, un adulto, acuden a nuestro se realiza una primera visita con la
psicóloga, en la que la persona expone el motivo que le ha llevado a consultar.
Si se trata de una consulta en referencia a los hijos, esta primera visita puede
realizarse en presencia o no de ellos, dependiendo de cómo prefieran los
padres. Hay veces en que éstos se sienten más cómodos hablando de según qué
temas sin sus hijos, y otras veces en que a niños muy asustadizos o
introvertidos les va bien hacer esta primera visita compartida con los padres,
para que puedan conocer a la psicóloga de una manera más tranquila y confiada.
Otra opción es que a la primera visita acudan sólo los padres, y luego se haga
una segunda en presencia del hijo, etc. Lo importante es que tanto la familia
como el niño puedan sentirse lo más cómodos posible para que puedan compartir
sus inquietudes y nosotros podamos empezar a orientarles de la mejor manera.
En función del
caso, habrá ocasiones en que en dicha primera sesión se orientará a la familia
y no habrá necesidad de volver a venir, y en otras ocasiones en que se decidirá
realizar unas visitas posteriores con el niño a solas para que la psicóloga
pueda conocerle mejor y pueda dar a los padres una valoración de la situación más
ajustada. El número de estas visitas suele ser entre 3 y 4, dependiendo si
también se incluye la pasación de un test de inteligencia (que suelen ser más
largos). Posteriormente se vuelve a citar a la familia, esta vez en ausencia
del niño/niña, para comentar con mayor profundidad la situación emocional del
niño y si creemos conveniente o no realizar un trabajo continuado con él para
ayudarle a resolver dichas dificultades. En todos los casos, esta decisión
siempre dependerá de la familia.
Esperamos que os hayamos
podido orientar sobre cuáles son los primeros pasos para consultar con la
psicóloga y no dudéis en acercaros a preguntar siempre que queráis.