La definición más característica sobre el TEL procede de la ASHA
(American Speech-Language-Hearing Association, 1980): “Un trastorno de lenguaje
es la anormal adquisición, comprensión o expresión del lenguaje hablado o
escrito. El problema puede implicar a todos, uno o algunos de los componentes
fonológico, morfológico, semántico, sintáctico o pragmático del sistema
lingüístico. Los individuos con trastorno del lenguaje tienen frecuentemente
problemas de procesamiento del lenguaje o de abstracción de la información
significativa para almacenamiento y recuperación por la memoria a corto o largo
plazo”
Las principales dificultades a nivel fonético-fonológico que
presentan los niños con TEL cuando están adquiriendo el lenguaje expresivo: su
capacidad fonética restringida, inventario consonántico limitado, producciones
inusuales de sonidos, sistema fonológico más retrasado y en definitiva
deficiente inteligibilidad. Los aspectos fonológicos deficientes en estos niños
con otros niveles del lenguaje también problemáticos, como son la sintaxis y el
léxico. En cuanto a la sintaxis, los rasgos gramaticales en los que tienen
dificultades especiales están sujetos a procesos fonológicos como omisión de
consonante final. A medida que se incrementa la complejidad sintáctica en una
frase, disminuye la precisión articulatoria en los niños con TEL. Los
niños que son lentos al adquirir vocabulario expresivo son fonológicamente
menos avanzados que los niños con desarrollo normal. (Mendoza, E.
(2012). Trastorno Específico del lenguaje. Pirámide)
Nosotros como logopedas, nos centramos en trabajar la
inteligibilidad de su lenguaje y de su habla, así como la estructura, empezando
siempre por la estructura más simple donde hay dificultades. Trabajamos
vocabulario, estructura de palabras, estructura de frase. También trabajamos
discriminación auditiva.
En todos los casos donde tengamos dudas si hay un retraso del
lenguaje y/o del habla o un trastorno específico del lenguaje, tenemos que ir
trabajando pensando en las dos hipótesis diagnósticas que tenemos y con el
tiempo y las mejoras o dificultades que encontremos sabremos, qué caso tenemos
delante.
Por eso como profesionales siempre hemos de trabajar con la mente
abierta, pensando en todas las hipótesis y observar el caso que tenemos para ir
descartando y ayudar mejor a nuestro paciente y a su familia.
Para cualquier duda, pónganse en contacto con nosotros, estamos a
su disposición